Aïcha: (65 x 54 cm.)
AÏCHA
Lejana,
ausente, perdida bajo la sombra de la pineda
Aïcha
busca unos fantasmas que tan sólo ella puede ver.
A
veces la miro con los ojos del alma
y
veo el color de la noche en su mirada.
Cada
tarde oye historias muy parecidas a la suya
y
su corazón se tambalea como si estuviera
pisando
sobre una tormenta de nubes de algodón.
Y
es que ella no esparce al viento las cenizas del pasado
porque
le están apretando fuertemente los silencios.
Le
ofrezco mi aliento, ya que el mundo atrapa su respiración
y
llegas a sentir en tu pecho los nudos de su garganta.
Es
Aïcha que enmudecida llora en solitario hacia adentro
tragando
cascadas de púas que se clavan en sus sentidos.
Intentaré
remendar los jirones de su alma
porque
la luz está en cada recodo de su vida
y
ella, taciturna y ausente, aún no lo sabe.
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