Arroyo Hondo (65 x 54 cm.)
LA
VOZ DEL AGUA
Donde
se juntan las pendientes
de
viejas tierras soleadas,
el
río avanza libre, indómito,
por
entre adelfas, juncos, zarzas…
Los
remansos se desperezan
con
la primera luz del alba
y
se enredan en mil sonidos
cual
letanía que no acaba.
Entre
sus saltos se oyen cánticos
de
agua viva, de espuma blanca
que
chapotea en sus recodos
y
llega al fondo de sus charcas.
El
entorno se va impregnando
con
su rumor y su fragancia,
yo
camino por sus orillas
y
mi alma se escapa y se escapa.
Río
de mis días felices,
vengo
a escuchar tus palabras,
que
tus aguas me dan la vida,
pero
tu voz me da la calma.
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